Encíclica Humanae Vitae fue escrita el 25 de julio de 1968 por el Papa Pablo VI, y comprende 31 puntos que a simple vista pueden parecer difíciles de entender. Por esta razón que me he propuesto escribir un breve resumen de la encíclica explicado en 10 puntos y dirigido sobre todo a los jóvenes y aquellos matrimonios que están comenzando:
1. Es el deber de los esposos transmitir la vida humana: El lugar ideal para que un niño nazca siempre será un matrimonio con un padre y una madre estables, que hayan entregado su corazón a Dios, y estén dispuestos a recibir junto con él a todos los hijos que Dios quiere enviar. Esto les dará entonces a los niños que nazcan allí un ambiente feliz, lleno de dos padres estables y la garantía de que ellos estarán juntos durante toda su vida. Esto solo sucede dentro de un matrimonio dentro de la Iglesia, que ha decidido entregar su vida a Dios y estar juntos hasta que la muerte los separe.
2. El matrimonio dentro de la Iglesia debe escuchar la voz de Dios a través de las enseñanzas de la Iglesia: No corresponde a nosotros los matrimonios querer juzgar la voluntad de Dios en el sacramento e ir en contra el magisterio de la Iglesia. Desde el principio nuestro Señor Jesucristo instituyó a los 12 apóstoles y les dio poder para que lo que aten en la tierra quede atado en el cielo (Mt 18:18), por tanto, el deber de un matrimonio casado por la Iglesia es seguir las enseñanzas de la Iglesia, Madre y Maestra, incluso en lo referente a la natalidad y al matrimonio.
3. El matrimonio no es una casualidad, sino una vocación: Por esto es que los esposos deben reconocer a Dios dentro de su matrimonio para que este sea realmente una expresión de Amor. Sin Dios, será solo una decisión humana, sin los frutos que Dios tenía destinados. Por esto, la verdadera naturaleza y nobleza el amor conyugal se revela cuando esté es considerado según la voluntad y la visión de Dios, de esta forma el matrimonio se convierte en un camino de perfeccionamiento personal y una colaboración con Dios en la generación y educación de los hijos que Dios quiera enviar al mundo.
4. El amor debe ser total, fiel y exclusivo hasta la muerte, y fecundo: El amor de los esposos debe ser total, todo debe ser compartido sin cálculos egoístas, el dinero, los bienes materiales, las cargas familiares, las responsabilidades, etc. También debe ser fiel y exclusivo hasta la muerte, por tanto, no existe el divorcio en el matrimonio por la Iglesia, y finalmente fecundo, es decir que está llamado a generar nuevas vidas y a dar frutos. Los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen inmensamente sobre todo al mismo al bien de los propios padres.
5. La paternidad responsable es, antes que nada, el conocimiento de los procesos biológicos y el “respeto de sus funciones”: Este se pone en práctica primeramente con “la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa”. Por tanto, no puede existir una paternidad responsable con el uso de métodos anticonceptivos, condones, píldoras, pastillas del día después, inclusive cuando supuestamente esto se haga con fines “supuestamente” rectos, como el poder tener menos hijos para poder ofrecerles más bienes terrenales- Simplemente esto es una mentira, ya que no se puede hacer un bien con un medio que de por sí es dañino, por lo tanto no existe una paternidad responsable cuando se utilizan métodos anticonceptivos. .
6. “Cualquier acto matrimonial, en el que se unen los esposos debe quedar abierto a la transmisión de la vida”: No sirve decir que yo estoy abierto a la vida porque algunas veces no uso condones y otras veces si los uso , la apertura la vida no es general, es decir, un matrimonio que se abre la vida durante toda su vida porque algunas veces sí algunas veces no , sino que cada acto sexual en sí mismo debe estar abierto a recibir los hijos que Dios quiera.
7. Hay que excluir absolutamente la interrupción del aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas: El aborto inclusive cuando se realiza por fines supuestamente terapéuticos, sigue siendo ilícito para la para la madre o el padre de ser aprobado. Esto puede sonar muy fuerte en la cultura del derecho el día de hoy, pero tanto derecho tienen la madre de sobrevivir como el hijo de nacer, por tanto, la invitación más bien es a la madre, a que con su amor maternal sepa arriesgarse por sus hijos. No será esta la primera ni la última vez que una madre da su vida por sus hijos. Así mismo el llamado es a confiar en Dios, que en su designio divino si así lo desea puede salvar la vida de ambos como ya lo ha hecho en santos como San Maria Corsini. Y si no es así, y la y la madre fallece en el parto, cuán ejemplar es la madre que acordé a la voluntad de Dios decide sacrificarse por su hijo, Dios que es Justo sabrá recompensar esta entrega de Amor.
8. Si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, la Iglesia enseña que es lícito tener en cuenta los ritmos naturales: Importante destacar que los nacimientos pueden ser espaciadas utilizando las vías naturales, como los métodos naturales de planificación familiar, sólo cuando exista realmente motivos graves para esto, como: condiciones físicas psicológicas en los cónyuges que no permitan el poder criar más hijos por el momento, o circunstancias exteriores, etc. Es por eso que motivos superficiales como el deseo de vivir una vida de placer, de compartir más, de tener más tiempo, no son motivos lícitos, inclusive cuando se usen los métodos naturales de regulación.
9. Los métodos anticonceptivos abren camino a la infidelidad, al irrespeto a la mujer, considerándola como instrumento de placer y no como compañera: Los métodos anticonceptivos lo único que hacen es satisfacer el placer desordenado de los esposos. Yo no puedo amar a medias, por lo tanto, no puedo amar a mi esposa para tener relaciones con ella, pero no amarla para tener hijos con ella.
Lo que sucede allí es que no existe el verdadero amor, Dios nos pide, al contrario, que lo amemos con todo el corazón, con toda el alma, y con todas las fuerzas. Asimismo, nosotros debemos amar con todo, es decir recibiendo los beneficios de la relación sexual, pero también amando las bondades de Dios que si así lo desea nos traerá muchos hijos al mundo.
10. La Castidad y apertura a la vida son signo de contradicción en el mundo actual: Ya en aquella época Pablo VI sabía que este tipo de prácticas anticonceptivas (Estaba apenas siendo lanzada al mercado la píldora anticonceptiva) iban a traer mucha confusión en la conciencia de las personas , y que lo que antes era completamente natural, como tener numerosos hijos, se volvería signo de contradicción en el mundo.
Ya lo vemos hoy en día, cuando a un matrimonio que tiene 2 hijos ya se le dice que tiene muchos, cuando anteriormente veíamos familias que tenían 7,9,10 hijos o más. Por tanto, debemos formarnos, y pedirle al señor que nos ilumine para poder hacer su voluntad independientemente de lo que podamos escuchar en los medios de comunicación, las revistas, u otros medios que lo único que buscan es promover el placer desordenado, el egoísmo, la avaricia y el sinsentido en una vida que finalmente tiende hacia Dios, porque todos vamos a partir de la tierra un día y somos aquí simple peregrinos. Aquel día tendremos que encontrarnos cara a cara con Jesucristo justo juez.
Finalmente el llamado es a entender que este al ser un resumen, busca ser una introducción a la encíclica, por eso te invito a leerla completa aquí.