La Carne – Uno de los 3 enemigos del alma – Explicado en 3 realidades – Amarse.org

La Carne – Uno de los 3 enemigos del alma – Explicado en 3 realidades

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1ra realidad – Somos 1) Cuerpo 2) Alma y 3) Espíritu:

  • “Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes 5:23) [1]
  • “Entonces dijo Yahveh: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean 120 años.»” (Gen 6:3) [2]

2da realidad – Las pasiones desordenadas de la carne son 1) nuestro peor enemigo, 2) contrarias al espíritu, 3) vehículo al infierno:

La carne (en griego: sarx) en el lenguaje paulino indica no solo lo exterior, lo físico, sino también el hombre interiormente sometido al mundo, sometido a sus propios deseos, que en el lenguaje contemporáneo conocemos como secularismo y sensualismo.

San Juan de la Cruz va a describir al mundo y a la carne como defectos e imperfecciones que mueven nuestros deseos hasta convertirlos en vicios que nos entorpecen en el camino hacia la meta: el hombre nuevo.

Porque todo esto no viene de “afuera”, sino que sale de “dentro” del hombre:“Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escuchad todos y entendedlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!»Luego agregó: «Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre»”(Mc7, 14-16. 20-23). [3]

Para san Juan de la Cruz, como para san Pablo, el hombre que vive según la carne es el hombre dispuesto solamente a lo que viene del mundo (mundanidad), el hombre que se deja seducir de una forma egocéntrica a precio de un trágico final:la muerte; esto es: el encerramiento en sí mismo, la avaricia, el sensualismo, la búsqueda  egocéntrica  del  placer,  la  pérdida  de  la  propia  identidad  y  sensibilidad altruista. Es todo lo contrario de abrir el corazón al otro (a los demás) y al otro (a Dios); por eso el hombre que se deja guiar por el espíritu de Dios llega a una mayor plenitud humana.

“No améis el mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama el mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo –la concupiscencia de la carne (las pasiones del hombre terreno), la codicia de los ojos y la arrogancia del dinero–, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Jn2, 15-17) [4]

  • “Ciertas modas son introducidas, la cual ofenden gravemente a mi Divino Hijo.” Palabras de la Virgen de Fátima a Santa Jacinta. [5]
  • Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne. (Virgen de Fatima)
  • Si los hombres supiesen lo que es la eternidad, harían todo por cambiar de vida. Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte, ni hacen penitencia. (Santa Jacinta Marto) [6]
  • “Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.” (Ga 5:17) [7]
  • Según las Palabras del mismo San Agustin, quien decia: “yo no le tengo tanto miedo al demonio, al mundo le tengo más miedo, pero nuestro peor enemigo es nuestra propia Carne[8]
  • “Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, 19.puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. 20.Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí. 21.Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta. 22.Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, 23.pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros.” (Ro 7:18-23) [9]
  • “Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, 20.idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, 21.envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. 22. En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23.mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.” (Ga 5:19-23) [10]

3ra realidad – San Juan de la Cruz  propone 3 cautelas contra la carne, 1) “dejarse moldear por los demás”, 2) “jamás dejar de obrar el bien”, 3) “poner freno a la sensualidad”.

San Juan de la Cruz nos invita a “las cautelas”, es decir, a la vigilancia, a esperar y apresurar la llegada del Señor, disponiéndonos a la conversión: a despojarnos del hombre viejo y de sus obras, y a revestirnos del hombre nuevo creado a imagen de Cristo nos invita a descubrir cuáles son los obstáculos, los enemigos –le llama él– que encuentra ese hombre nuevo, el hombre interior.

Primera Cautela: Dejarse Moldear por los demás

Lo que propone el santo es moldear él “yo”. Es decir, nuestra persona. Y ese moldeo comienza en la familia; es allí donde comenzamos a relacionarnos y aprendemos a comportarnos. en casa es donde empezamos a ser “labra-dos por los demás”–usando la expresión del santo–Muchas veces nos quejamos de las dificultades que encontramos en las relaciones interpersonales; pero, curiosamente, es en la dificultad donde vamos aprendiendo y superando nuestras propias limitaciones. Es decir, no debemos huir nunca de las dificultades que podemos tener con otra persona porque el perdonar o ser perdonados, el intentar rehacer las relaciones nos ayuda a madurar. Por eso, Juan de la Cruz recomienda “sacar provecho de todo acaecimiento”


Segunda Cautela: Jamás dejar de obrar el bien

“La segunda cautela es que jamás dejes de hacer las obras por la falta degusto o sabor que en ellas hallares, si conviene al servicio de Dios que ellas se hagan. Ni las hagas por solo el sabor y gusto que te dieren sino conviene hacer-las tanto como las desabridas, porque sin esto es imposible que ganes constancia y que venzas tu flaqueza”(Ca 16).

Realizar las obras de Misericordia corporales y espirituales:

OBRAS CORPORALESOBRAS ESPIRITUALES
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Dar posada al necesitado
4. Vestir al desnudo
5. Visitar al enfermo
6. Socorrer a los presos
7. Enterrar a los muertos
1. Enseñar al que no sabe2.
Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las injurias
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia los defectosde los demás
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos
Obras Espirituales y Corporales de Misericordia [11]

Tercera Cautela: Poner freno a la sensualidad

La Penitencia (Ayuno, Oración y Limosna):

Los Padres de la Iglesia nos enseñan que para avanzar espiritualmente debemos unir la oración, el ayuno y la misericordia. Las tres se complementan.

La Virgen de Fatima nos lo recuerda: “Haz de todo lo que puedas un sacrificio y ofrécelo a Dios como acto de reparación por los pecados con los que Él es ofendido, y en súplica, por la conversión de los pecadores”. [12]

También les dice: “¿Queréis ofreceros a Dios, para soportar todos los sufrimientos que os quiera enviar en reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?”. Y al mostrarles el infierno, les dice: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que muchas almas se van al infierno por no haber quién se sacrifique y pida por ellas”. La palabra clave de la tercera parte del secreto es el triple clamor del ángel de la espada flameante: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!”.

Ayuno:

Cristo ayunó para darnos ejemplo. Ayunamos como sacrificio ofrecido a Dios y para ganar domino sobre las pasiones y las tendencias de la carne. Con el ayuno nos ejercitarnos. Nos recordamos de los que pasan hambre y nos hacemos solidarios. [13]

La Iglesia nos lo recuerda él su Código de Derecho Canónico:

1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen.

1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.

1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

1252 La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.

1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad. [14]

Oración:

Al sabernos amados de Dios deseamos corresponder, alabar a Dios y pedirle que tome el trono de nuestra vida. Meditamos la palabra de Dios de cada día, celebramos la santa Misa, nos confesamos.

Es muy buena la asistencia a la Santa Misa no solo los domingos, sino también durante la semana, en la medida de lo posible, el rezo diario del Santo Rosario, la Lectura Diaria de la Biblia o al menos del evangelio del día, La Confesión Mensual y la oración personal, así como otras practicas de piedad.

“Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.” (Mt 26:41)

Pensar en las postrimerías: (infierno, purgatorio, cielo). Como ejemplo podemos meditar de la vida lamentable de Raimundo Diocres (En el momento en que se leía una de las lecciones del Oficio de difuntos, que empieza así: – “Respóndeme. ¡Cuán grandes y numerosas son tus iniquidades!”, sale de debajo del fúnebre velo una voz sepulcral, y todos los concurrentes oyen estas palabras: – “Por justo juicio de Dios he sido acusado”). [15] La visión del infierno de Sor Faustina (“He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están son las que no creían que el infierno existe.”) [16]


Limosna:

Los cristianos llamamos “limosna” al compartir con los mas pobres nuestros bienes. No debe ser un aporte de lo que sobra sino un acto de amor hecho de corazón, un compartir que nos mueve a renuncia y al sacrificio. Todo viene de Dios como don. Toda nuestra vida debe convertirse en una dádiva de amor en imitación a Cristo. [17]



Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María. (Oración de Sacrificio – Virgen de Fátima) [18]

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